El nacimiento de una Ninfa

Escrito en un momento de ocio xD
Toda critica es bienvenida ;3



El nacimiento de una Ninfa

En el inmenso Oblakov, hay un reino muy particular. Paisajes verdes predominan por doquier, y la magia habita en todo rincón. Ese reino, fue llamado Irish, y así se hizo conocido por todos y cada uno de los habitantes de ese universo.

Si bien tales paisajes eran impactantes, por su hermosura y pureza, no eran estos lo que lo hacían especial. La magia que habitaba allí era tan poderosa, que los habitantes de ese reino comenzaron a evolucionar.

Poco a poco, nuevas razas fueron apareciendo, y mucho antes de que las grandes ciudades fueran construidas, seres con poderes especiales comenzaron a nacer. Su belleza solo era comparable a la de los Ángeles, y su conexión con el mismísimo corazón del bosque era innegable. Fueron llamadas Ninfas.

Al principio, solo eran pequeños espíritus que rondaban el lugar. Trepaban árboles, admiraban las nubes, jugaban con los animales. Incluso había algunos que descansaban en las flores. Pero pasaron los siglos, y la misma magia les hizo crecer. Tomaron una forma sustancial, formas diversas e inimaginables, algunas aprendieron a leer, otras a cantar. Hubo quienes se volvieron más humanas que los humanos mismos y hasta hubo quienes dominaron hasta los más recónditos secretos del bosque.
Las más especiales, aquellas que habían logrado dominar alguno de estos secretos, fueron conocidas como ninfas elementales. Como su nombre lo indicaba, habían desarrollado su poder, de forma tal que el agua, el viento, el fuego, los árboles y la tierra les obedecían a voluntad.

Las más temperamentales, quienes casi siempre jugaban con el fuego, podían llegar a causar catástrofes. Las mas amables, apacibles como los miles de riachuelos que recorrían las tierras, utilizaban el agua como medio para ayudar a todo el que se les cruzara. Las ninfas de tierra eran especiales. Muchas decidían instalarse cerca de los humanos, y podía vérselas felices ayudando a construir cosas. Las ninfas de los árboles, también conocidas como los espíritus del bosque, llegaron a ser consideradas como diosas de la fortuna, ya que corría el rumor de que si las veías danzar, la dicha llegaría a tu vida. Aunque claro, no era algo fácil de conseguir, pues siempre se movían de algún lado a otro decorando todo con flores y hierbas frescas. Por ultimo, las ninfas de viento eran las más curiosas por naturaleza y por eso nunca se sabía que llegarían a hacer, o donde podrían aparecer. Eran como brisas, yendo de un lado a otro, o también podían ser como una tempestad, y arrasar todo a su paso.

Las ninfas elementales descubrieron la forma de enfrentarse al tiempo. Vivieron mucho mas que cualquier otro ser, y por ello comenzaron a acumular conocimientos y posesiones que se convirtieron en tesoros legendarios. Algunas decidieron permanecer aisladas de todo, mientras que otras cambiaron de forma tantas veces que no podían recordar como fueron alguna vez. Tampoco faltaron las que adoptaron costumbres humanas. Comenzaron a vivir en pequeños poblados, o tomaron rolles que les sentaban a la perfección, ya fuera como maestras, curanderas milagrosas, hechiceras…

Hubo ninfas que se enamoraron. Tuvieron hijos de humanos, quienes tenían muchas posibilidades de dominar artes antes imposibles para los de su raza. Quienes a su vez tuvieron sus propias familias, y así la magia comenzó a dispersarse, a inundarlo todo.
Otras, renunciaron a todo por motivos que solo ellas conocían, y no faltaron ninfas que llegaron a cumplir hazañas de tal magnitud que ni siquiera pueden ser relatadas.
Estuvieron las que aprendieron a reencarnar. Las que nacieron de la alegría misma, así como las que eran hijas de la soledad, del roció, de la luz, de la oscuridad, de la espuma de mar.

Miles de formas, miles de rostros, miles de sentimientos, miles de personalidades… Miles y miles… Las ninfas poblaron el bosque, algunos dicen que comenzaron a desaparecer y están quienes mueren sin siquiera conocerlas. Pero los mas afortunados pueden seguir contando la historia, porque ellas están allí, solo esperan a ser descubiertas…